La verdad sobre Drácula (2010)
Cuando en 1897 apareció la novela Drácula, los rumanos aún no prestaban mucha atención a su antiguo dirigente Vlad Tepes. Es más que probable que este caudillo, nacido en 1431, tuviera bien merecido su apodo de Tepes, que significa empalador.
El empalado era un método de tortura letal que él tomó de los turcos, pero, aun así parece que Tepes no era mucho más cruel que los otros líderes de la época. Su descrédito corrió a cargo principalmente de los sajones de Transilvania, al considerar que interfería gravemente en sus asuntos comerciales. Pero cuando la novela de Bram Stoker se convirtió en superventas, los rumanos capitalizaron el personaje de Drácula e hicieron negocio con él. Hoy día, Rumania está llena de castillos, hoteles y mercados consagrados a Drácula, donde se venden todo tipo de recuerdos de este personaje. Iniciamos un viaje fascinante a lo largo de un país castigado, pero de gran belleza salvaje. Será divertido, emocionante, reflexivo, pero al final quedará una pregunta por responder: ¿era Drácula uno de los buenos?